La conquistada

La inspiración debe ser conquistada.

Nunca se debe extinguir algo que por decreto divino existe en tu cabeza.  La realidad aumentada del día a día, que pasa tratando de hacerme sentir mayor. Pero más que nunca tengo la sed de dejar fluir las palabras, las ideas, las imágenes captadas cada momento en el que mis ojos están abiertos... y a veces hasta cerrados.

Ella ya no existe más.

Pero cómo ? cuándo paso eso ? será que son las cosas que trae la actualidad consigo. No consigo caer en cuenta de que esto de verdad me esta sucediendo. Yo sé que esto es solo un proceso, una transformación de la materia en algo nuevo, con los mismos matices de siempre.

Cómo sé que sigue dentro de mi aquella chispa incandescente ? porque cada vez que escucho mi música, la que de verdad es mía... esas melodías que crecieron en mi para formar una personalidad y una manera de comunicación, diferente al resto. Esta música, que nadie me enseñó, que nadie me inculcó. Es aquella la que me revive los deseos de figurar junto a pincel y pintura sobre un sustrato cualquiera. Es esa memoria que sobrevive aún, muy dentro de mi, la que me permite ahora estar escribiendo esto. Un texto que quizás hace bastante rato tengo guardado, pero que por la desmotivación ocasionada por el hecho de forjarme como una adulta, he debido retener. Lástima, porque probablemente sería mucho mejor en esto que en lo que estoy tratando de ser (¿o hacer?) ahora.

Lo importante es que aún mantengo las ganas y la mentalidad dispuesta a seguir escribiendo las irracionalidades que pasan por mi cabeza.

Que ganas de volar y aprender cosas nuevas. Lejos unas de las cosas que más me gusta, una de las cosas que siempre quise hacer y que, supuestamente ahora, tengo que lograr. Que así sea.

En el horizonte de mi mente
se ha escondido el sol